Microetnografía: Carteras como artefacto cultural

La microetnografía es un tipo de etnografía que se centra en un problema concreto y conciso y que, lógicamente, no tiene la magnitud de la etnografía. Con esto, no quiero decir que se acorten las fases de la etnografía o que el tiempo dedicado a este tipo de investigaciones sea inferior. Todo lo contrario. En vez de analizar un proceso cultural desde un punto de vista holístico como los estudios clásicos sobre la estructura social de comunidades o las relaciones de género, la microetnografía tiene en las situaciones sociales interaccionales su principal objeto de estudio. Su principal bondad, y razón de ser, es que permite comprender las prácticas en el escenario en el que se llevan a cabo.

Aunque no suelen asociarse tales prácticas con el concepto de microetnografía, la práctica etnográfica para conocer las necesidades del consumidor en etapas de diseño (gráfico o industrial) estarían englobadas bajo la microetnografía y no como etnografía o como observación (tales prácticas reciben nombres distintos y, en muchos casos, mal empleados ya que es difícil hablar del método etnográfico cuando se dedica menos tiempo del requerido a tal metodología).

Cartera y monedero

A modo de reflexión cotidiana, dejo la foto de mi cartera y mi monedero. En España, y en el resto de países en el que no existen billetes pequeños que tengan una cantidad similar a las monedas, es inviable el uso de carteras de corte ejecutivo o para llevar en trajes de vestir. Esto se debe a que las carteras que cuentan con un departamento para portar las monedas hace que abulte o bien que se disparen las dimensiones de esta.

Por supuesto, la otra solución es no llevar monedero, portando las monedas en algún bolsillo, pero con esa misma filosofía también podríamos llevar el contenido de las carteras en los bolsillos y no depender de estas. Algo que no hacemos, por cierto.

Una de las hipótesis en torno a esto es que la moda y el diseño tienen una clara influencia de Estados Unidos, país en el que se cuenta con billetes de un dólar y que el uso de centavos es casi testimonial en la mayoría de los casos. Esta influencia nos fuerza de manera sugerida a través de la cultura de la moda y el diseño a emplear artefactos culturales que no están correctamente diseñados para nuestras necesidades. ¿Por qué digo esto? Si estos artefactos respondiesen a nuestras necesidades, este tipo de carteras contarían con un tipo de sistema para portar monedas (no digo que no existan, digo que no es el estándar), cosa que no es así. La cartera ejecutiva tal como la conocemos, siguiendo esta hipótesis, no cumple todas las necesidades tipo de los clientes potenciales, a saber:

  • Portar documentación (tarjetas de crédito, DNI, distintos carnets, etc)
  • Portar billetes
  • Portar monedas

Tal como lo he planteado, el cumplimiento de las necesidades por parte de la cartera ejecutiva es parcial, ya que no me permite portar monedas.

El planteamiento de la interacción entre humano y artefacto cultural y no entre humanos directamente se debe a que buscaba plantear la etnografía de este tipo de interacciones, ya que son más comunes de lo que tenemos en el ideario imaginario.

Publicado por André Sören

Mi nombre es André Sören y soy consultor de técnicas e investigación de mercados. en andresoren.com/blog hablo fundamentalmente de temas relacionados con la investigación de mercados de/en Internet.